Antijudaísmo, antisemitismo y judeofobia. Nicolás Kwiatkowski

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Antijudaísmo, antisemitismo y judeofobia - Nicolás Kwiatkowski


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ha perdido relevancia en la escena argentina.

      El recorrido propuesto se cierra con el capítulo de Damián Setton. En “El segundo caso Timerman y la etnicización de lo político”, el autor se pregunta si lo judío es un elemento extraño que atenta contra la identidad argentina o, por el contrario, si es parte constitutiva de esta. Se trata de interrogantes que han atravesado la historia de la argentinidad y que perduran hasta nuestros días. Su trabajo ofrece reflexiones inteligentes sobre el papel que la judaización –entendida como una asignación externa sobre alguien que no se define a sí mismo como judío en el rol que ejercita en la esfera pública, sino que preserva tal identidad para el ámbito privado– ha desempeñado en las disputas políticas, vinculándolo, asimismo, con la dimensión diaspórica con relación a Israel.

      * * *

      Antes de cerrar estas palabras introductorias, queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a cada una/o de las/los autoras/es por haber aceptado formar parte de esta obra colectiva. Agradecemos, también, al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y a la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica por haber financiado en parte la impresión del libro11. Esperemos que quienes lo lean, lo encuentren tan estimulante como nosotros e incentive reflexiones que contribuyan, de algún modo, a construir un mundo más tolerante.

      Elisa Caselli y Rodrigo Laham Cohen

      Enero de 2021

      Bibliografía citada

      Erner, G. (2005). Expliquer l’antisémitisme. Le bouc émissaire : autopsie d’un modèle explicatif, París.

      Laham Cohen, R. (2016). “Antisemitismo, antijudaísmo y xenofobia. Palabras, conceptos y contextos en la Antigüedad y la Alta Edad Media”, Conceptos históricos, 2, 12-39.

      Liebman, M. (2009). Figures de l’antisémitisme. Textes choisis et présentés par Jean Vogel, Bruselas.

      Schafer, P. (1998). Judeophobia: Attitudes towards the Jews in the Ancient World, Cambridge.

      Soyer, F. (2019). Antisemitic Conspiracy Theories in the Early Modern Iberian World. Narratives of Fear and Hatred, Leiden.

      Capítulo I

      Contra Flaco de Filón de Alejandría y la primera persecución de los judíos: una reconstrucción de las causas bajo la luz de los papiros (33-38 d.C.)

      Paola Druille

      (IDEAE-CONICET / UNLPam)

      Introducción

      Contra Flaco es un tratado de Filón que relata la primera persecución sufrida por los judíos de Alejandría en el Egipto romano durante los últimos meses de la prefectura de Aulo Avilio Flaco (38 d.C.). Fue publicado después del año 4112 y posiblemente ocupó el tercer lugar13 en una secuencia de cinco tratados históricos dedicados al conjunto de acciones represivas sobre la comunidad judía14. De acuerdo con Morris (1987: 861), el libro I no se ha conservado; presumiblemente contenía una introducción general sobre las políticas imperiales para hostilizar y segregar a los judíos. El libro II tampoco ha sobrevivido; habría narrado las persecuciones en tiempos del imperio de Tiberio (14-37 d.C.) ideadas por Lucio Elio Sejano15 en Roma y Poncio Pilato16 en Judea, junto con el final violento de estos dos políticos17. El libro III contiene Contra Flaco, y el libro IV Embajada a Gayo, que refiere la delegación de los judíos alejandrinos a Gayo Calígula (37-41 d.C.) y la continuación de los actos de maltrato hacia los judíos bajo su imperio, además de su megalomanía e intención de deificación. Estas dos obras han sobrevivido prácticamente completas18. El libro V, en cambio, se ha perdido de manera íntegra; habría incluido una palinodia (Embajada a Gayo, 373) sobre los hechos relativos a la caída de Calígula y el giro favorable a favor de los judíos. Cada uno de estos libros concentra entonces un momento histórico preciso y las decisiones asumidas por los responsables de los ataques en los imperios de Tiberio y Calígula. Sin embargo, el alcance original de las cinco obras y la relación de Contra Flaco con el resto de los tratados de la misma secuencia constituyen preocupaciones sobre las cuales no se ha llegado a ningún consenso (Morris, 1987: 859; Van der Horst, 2003: 5)19. Solo se puede asegurar que el primer pasaje de Contra Flaco comienza con un resumen de las persecuciones infligidas a los judíos por Sejano, que habría sido el tema del segundo tratado. Esta conjetura surge a partir de una noticia transmitida por Eusebio de Cesarea en su Crónica (II: 150-151)20, donde informa que las persecuciones en el período correspondiente al mandato de Sejano fueron contadas en el libro II de la secuencia completa21. La breve reseña que Eusebio elabora en Historia eclesiástica 2.5.7 y 2.6.422 sobre el contenido de este trabajo también concuerda precisamente con la disposición de los tratados propuesta por Morris. Según el obispo de Cesarea, Filón narra que Sejano utilizó su influencia sobre Tiberio para promover la aniquilación de los judíos en la ciudad de Roma (2.5.7)23; sostiene igualmente que Filón escribió sobre las acciones de Pilato contra los judíos24, quien enviado por Tiberio a Judea como procurador introdujo las efigies del César en el Templo de Jerusalén generando una enorme conmoción en el pueblo judío y su alzamiento en viva voz en oposición a Pilato y su despótico gobierno (2.5.7 y 2.6.4)25. Aunque es difícil relacionar estas declaraciones de Eusebio con los aislados comentarios ocasionales en Contra Flaco, que tratan solo de los sucesos del tiempo de Calígula, la opresión de Sejano y Pilato26 deben haber sido narradas en una sección separada de la obra, antes de los acontecimientos bajo Calígula, que ocupan Contra Flaco (Morris, 1987: 860). Y si bien Filón hace mención del accionar de Pilato en una parte de la carta de Agripa I al emperador incluida en Embajada a Gayo, 299-305, donde registra el conflicto del procurador con la población de Jerusalén luego del episodio mencionado, no establece ningún vínculo con una política más amplia por parte de Pilato u otro político; de hecho, en Contra Flaco (1) atribuye nada más que a Sejano la responsabilidad de un plan de persecución de los judíos27, que sirve como fundamento para el inicio de la exposición sobre las acciones de la ofensiva de Flaco del año 38. Sus argumentos pueden ser divididos en dos partes: 1) el acuerdo secreto entre los jefes de la población griega ‒Dionisio, Lampón e Isidoro‒ y Flaco para la persecución de los judíos (20-24), y 2) el ataque a los judíos (36-96), incluida la promulgación de tres decretos oficiales que declararon su extranjería (53-54)28.

      Según Filón, este ataque parece desencadenarse durante el mes de agosto del año 38, con la llegada a la ciudad portuaria del ya mencionado rey de los judíos, Agripa I. En aquel momento, los alejandrinos ‒griegos y, probablemente, egipcios29‒ enceguecidos por su sentimiento de “odio hacia los judíos” (πρὸς Ἰουδαίους ἀπέχθειαν, 29)30 e indignación por la coronación de un hebreo (29), ridiculizaron al monarca otorgando los atributos reales al vagabundo Carabás en una pantomima representada en el gimnasio de la ciudad (36-40)31. Semejante farsa no fue parte de un entretenimiento soez y sin consecuencias; por el contrario, fue la antesala de la preparación de la ofensiva contra los judíos de Alejandría (20-24; 53-96). Favorecidos por la turbación ante la visita de Agripa y por la inestabilidad política de Flaco a causa de la muerte de su protector Tiberio y la inmediata ascensión al trono del temido Calígula (22-24), los jefes de la población griega se reunieron con Flaco y lo convencieron sobre la urgencia de eliminar los derechos especiales de los judíos alejandrinos (Contra Flaco, 23; 30-35) y programar la expulsión de toda la comunidad, como Filón relata con magistral detalle. Familias enteras fueron violentamente desalojadas de sus hogares. Algunos hombres, mujeres y niños lograron huir sufriendo graves heridas; otros no consiguieron escapar a la brutalidad del ataque; fueron arrastrados y quemados en el centro de la ciudad; los ancianos del “consejo de ancianos” (gerousía, γερουσία) que debían recibir un trato de mayor estima a causa de su avanzada edad y honorabilidad (53-96), fueron declarados “culpables en los delitos más graves” (ἐνόχους τοῖς μεγίστοις ἀδικήμασιν, 80) y sentenciados a los más duros azotes frente a una multitud que festejaba su deceso. Posiblemente esta descripción es exagerada por Filón; sin embargo, su narración es tan gráfica que solo pudo haber venido de un hombre que se había involucrado en persona en aquellos eventos, según se deduce de Las leyes particulares, 3. 1-6. Aquí


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