Antijudaísmo, antisemitismo y judeofobia. Nicolás Kwiatkowski

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Antijudaísmo, antisemitismo y judeofobia - Nicolás Kwiatkowski


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en su comunidad (Royse, 2009: 61; Niehoff, 2011: 2-3; 2018: 7)32. Aun cuando no podemos alcanzar una absoluta certeza sobre qué incidentes son referidos en ese pasaje, lo más probable es que Filón esté insinuando los disturbios del 38 narrados con gran arte en Contra Flaco33 (Van der Horst, 2003: 4; Martín, 2016: 13)34. Estas referencias, con la excepción de algunos pasajes de otros autores35, hacen del tratado de Filón la fuente primaria más importante para conocer los eventos alejandrinos, a pesar del difícil problema derivado de la causa de la ofensiva.

      Filón adjudica el ataque al resentimiento de los alejandrinos hacia los judíos (Contra Flaco, 29), pero no se detiene en ninguna otra explicación del origen del conflicto. Frente a esto, los investigadores de las últimas tres décadas han adoptado distintas posiciones. Por un lado, consideran que el móvil radica en las modificaciones implementadas en el proceso de reorganización de Alejandría y Egipto en general luego de la conquista romana (Alston, 1997: 165-167; Gambetti, 2009). Bajo una ideología que percibía a la ciudad como esencialmente griega (Alston, 1997: 172-173), los romanos impusieron diferencias de estatus complejas que se basaron libremente en el origen étnico y la residencia y se vieron reforzados por diferentes tipos de impuestos (Alston, 1997: 166)36, desencadenantes de una lucha política urbana sobre el uso del territorio de Alejandría y sobre su gestión (Gambetti, 2009: 240; 249-250). Por otro lado, atribuyen las razones de la persecución a la aversión de los alejandrinos hacia los judíos debido al apoyo brindado por esta comunidad a los romanos durante la anexión de Egipto a Roma (Van der Horst, 2003: 33); este odio habría eclosionado con fuerza después del nombramiento de Agripa I y su presencia en la ciudad de Alejandría (Van der Horst, 2003: 33-34). Sin embargo, buscando una solución más convincente al problema antes planteado, algunos estudiosos han dejado de lado las interpretaciones especulativas procedentes en su mayor parte del análisis del tratado filónico para focalizarse en la combinación de las referencias de Filón con otras evidencias (Gambetti, 2009; Druille, 2017; 2019), especialmente con los papiros W.Chr., 13 (Mitteis-Wilcken, 1912: 22-24, no. 13), P. Yale, 2, 107 (Stephens, 1985: 85-97) y P.Oxy., 8, 1089 (Hunt, 1911; Tcherikover y Fuks, II, 1960: 60-64 = CPJ, 2, 154), y una serie de documentos con información relativa al censo del año 33/34. Bajo la luz de este material, dividiremos nuestro estudio en dos secciones. Primero, indagaremos cronológicamente los datos ofrecidos por los papiros en relación con 1) las declaraciones de los habitantes de distintas regiones de Egipto, con indicación de nombres, condiciones filiales y etarias, 2) las acciones políticas para contrarrestar levantamientos armados en contra del poder oficial, y 3) las audiencias ante el emperador solicitadas por los alejandrinos y la reunión secreta posiblemente planeada para idear el atentado contra los judíos. Segundo, examinaremos el edicto de Flaco con las tres medidas para expulsar a los judíos de Alejandría registrado en Contra Flaco de Filón. Esta lectura en conjunto, además de la contextualización histórica y social de cada documento y su comunicación con otras fuentes contemporáneas a los hechos que señalan, nos permitirá discutir también el entramado de términos técnicos ‒nombres de lugares y personalidades políticas‒ , que proporcionan datos sobre la ofensiva del 38.

      Las causas de la ofensiva del año 38 d.C.

      La conquista romana inauguró una nueva época para los judíos de Egipto. En los primeros años de su imperio, Augusto intervino en la administración interna de la comunidad y confirmó los privilegios cívicos y religiosos otorgados por los Ptolomeos (Contra Flaco, 50), que quedaron grabados en una piedra37 erigida en Alejandría38. Más tarde, y conforme a las instrucciones dadas al prefecto Marco Magio Máximo en los años 10-12 d.C., abolió el alto cargo del etnarca judío, y puso la dirección de los asuntos de la comunidad en manos de la gerousía (Contra Flaco, 74). Filón no reniega contra estas disposiciones; por el contrario, describe positivamente las acciones de Augusto39 y evita cualquier argumento negativo hacia su política (Smallwood, 1976: 233; Van der Horst, 2003: 168)40 y la gestión de los gobernadores bajo su mando. Distinto es su pensamiento en relación con Tiberio y sus líderes romanos. Sin acusar directamente al sucesor de Augusto, recuerda su imperio como el propulsor de los planes de aniquilación judía maquinados por Sejano (Contra Flaco, 1; Embajada a Gayo, 159-161), desacreditados por Tiberio mediante una orden general dirigida a todos los gobernantes de la región para controlar cualquier levantamiento interno (Embajada a Gayo, 161); refiere igualmente que Flaco fue uno de los políticos más cercanos a Tiberio, y que tras la muerte de Híbero (ca. 32)41, ascendió al cargo de gobernador de Alejandría y el territorio de Egipto (Embajada a Gayo, 2), donde permaneció por un período de seis años (ca 32/33-37/38 d.C.) realizando una labor oficial asombrosa en los primeros cinco años de su mandato (Embajada a Gayo, 4-8). Mantuvo la paz y gobernó con firmeza y decisión, implementando una serie de reformas en los impuestos y la administración de ingresos en toda la extensión egipcia (Embajada a Gayo, 4).

      El censo y la prohibición de Flaco de llevar armas

      La política de Flaco en el ámbito administrativo es conocida a través de una serie de papiros no judíos que registran datos de un censo poblacional pedido por el prefecto en el año 33/3442 para registrar los habitantes de un mismo hogar relacionados por parentesco de sangre o por unión legal. Dentro de esta serie se encuentran SB, 1.5661 (13 de junio del año 34, Arsinoite, específicamente Filadelfia)43, P.Oxy., 2. 256 (ca. 34, Oxyrhynchos) y P.Oxy.Hels., 10 Sinary (25 de febrero/26 de marzo del año 34, Oxyrhynchite)44. SB, 1, 5661 es un papiro de 25 líneas que contiene una declaración de una mujer llamada Tatubunchis dirigida a los laógrafos Eirenaios, Maron, Heracleides, Ammonios y Petesouchos, y a otro tal Heracleides, empleado de la aldea de Filadelfia (ll. 1-5). Mediante este documento, Tatubunchis inscribe a su hijo Panetbeueis en el registro público; manifiesta que Panetbeyeis es hijo de Kefalon, tiene 5 años de edad y vive en su propia casa (ll.10-16). Sobre ella misma dice que es hija de Mareis y tiene 35 años de edad (ll.16-19). También manifiesta que vive con un tutor que es un pariente de nombre Patouamtis de 36 años de edad (ll.5-9; 20-22). Terminada la descripción de los habitantes de la vivienda, la declaración concluye con el nombre Heracleides, que es el secretario del pueblo encargado de dejar asentado el testimonio de Tatubunchis (ll. 23-25). P.Oxy., 2. 256, por su parte, es un muy deteriorado papiro de 16 líneas que anota la información presentada por Taos, Tameneus y por una tercera declarante cuyo nombre no se conserva, como tampoco los nombres de los respectivos guardianes de las mujeres involucradas en el documento (ll.1-10). Cada una de ellas expone los nombres de los siguientes miembros familiares habitantes de su hogar: 1) Cronios (edad omitida, l.11), 2) un nombre no conservado de un menor hijo de Cronios (edad perdida, l.12), 3) una esposa de Cronios (edad perdida, l.13), 4) otro nombre no preservado de un menor de 5 años de edad (l.14). El documento conserva trazos de seis líneas más de contenido desconocido. P.Oxy.Hels, 10 Sinary, por último, es un papiro con gran cantidad de enmiendas, compuesto por 29 líneas de una declaración de Pausas dirigida al estrategós Sambâs (ll. 1-3). En la misma, Pausas (edad perdida) declara que es hijo de Hefaistion y Heracleia (ll. 3-7), y está casado con Soerous, hija de Hermógenes y Ploutarche (ll. 13-14); comunica igualmente que vive con sus cuatro hijos de edades no documentadas: Hefaistas (l. 8), Hermógenes (l. 9), Amois (l. 10) y Ar ...45 (l. 10). El final del papiro no se ha conservado.

      Si bien ninguno de estos documentos menciona las intenciones oficiales del censo poblacional de Flaco, Gambetti (2009: 80) asegura que el pedido del prefecto estaba enfocado en conocer “las nuevas listas de aquellos que estaban sujetos a impuestos y de los que estaban exentos”. Este tributo llamado λαογραφία (laographía, “impuesto de capitación”) habría sido introducido por Augusto (Tcherikover y Fuks, I, 1957: 64) en el año 24/23 a.C.46; era el impuesto de capitación exigido a todos los habitantes varones entre catorce y sesenta y dos años de edad, con excepción de quienes tenían derecho de ciudadanía en Alejandría, Náucratis y Ptolemaida47, y quienes habían recibido prerrogativas especiales48. En tal sentido, el censo favorecía el conocimiento de los nuevos contribuyentes tributarios; uno de sus objetivos era precisamente identificar a la población completa de Egipto de acuerdo con la región de origen y el barrio de asentamiento (Taubenschlag, 1955: 611), y con las variables de edad, ocupación, estatus, filiación con el resto de los integrantes del grupo familiar que habitaba el hogar e, incluso, marcas corporales precisas (SB, 1. 5661). Mediante el uso de estos registros la administración romana compiló largas listas demográficas de personas detalladamente descriptas, cotejadas más tarde con la documentación


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