#Manifestante. Álvaro Acevedo
Читать онлайн книгу.Es por esta razón, que hacer historia del tiempo presente es una necesidad en nuestros días. La cuestión del tiempo y el desplazamiento entre lo “real” y lo virtual hace indispensable un análisis que vaya más allá de la descripción informativa de los medios masivos de comunicación y explique el popurrí de lo imaginario, lo simbólico y la materialidad.
Las dimensiones que limitan los acontecimientos tal y como se conocen, están divididas entre lo imaginario que es la experiencia directa vivida de la realidad, pero intercalada con los sueños y pesadillas. La dimensión simbólica es el orden invisible que estructura la experiencia de la realidad, es la compleja red de normas que hace posible ver lo que se ve. Y lo real no es la realidad externa sino algo que no puede ser directamente simbolizado. Un encuentro con la realidad de lo real sería tan violento que desestabilizaría el universo entero de significados21.
Esta tríada configura el universo sobre el cual los actores sociales están sobreexpuestos. La presente investigación solo se mueve desde la dimensión simbólica y su proyección y contraproyección en lo imaginario. Se habla de contraproyección porque las movilizaciones sociales, en su mayoría, expresan un sentimiento en contra de las estructuras que hacen posible las sociabilidades establecidas y, además, porque en la gran mayoría de las movilizaciones no está en juego simplemente el desarrollo de lo político y el descontento popular, sino una compleja interrelación de los actores sociales en la proyección del porvenir.
La construcción del porvenir es un tema novedoso en los movimientos sociales, en parte, porque solo hasta hace poco los teóricos sociales se aventuran a hablar del mismo. Existe una variable determinante que es transversal a todos los movimientos, sean o no nuevos, y es que surgen como una medida necesaria frente a una coyuntura que en, primer lugar, pone en jaque la proyección del futuro de cada uno de los actores sociales:
Lo que define al porvenir es el evento, el evento da un contenido al futuro, sobreviene. En este sentido puede suscitar todas las esperanzas o todos los temores […] El porvenir depende de los otros. Es una expresión de solidaridad esencial que une al individuo y la sociedad. Un individuo absolutamente solo es tan inimaginable como insoportable un futuro sin porvenir. Pero, por el contrario, subordinar al individuo a las normas colectivas y su vida futura al porvenir de un grupo entra en el ámbito del totalitarismo. El glorioso porvenir otrora prometido a las masas populares era una idea contradictoria e imposible puesto que implicaba el detenimiento del tiempo y, por consiguiente, la desaparición del futuro, y del individuo22.
Las personas sienten la necesidad de organizarse en movimientos sociales y mostrar su preocupación por un tema que les afecta a ellos mismos o a las personas de su entorno. En la coyuntura de la Mane 2011, estudiantes universitarios de Colombia junto a la población interesada en la educación superior salen a marchar por el temor que representa la pérdida de la calidad de la educación y, sobre todo, ante un imaginario en proyección: las universidades con ánimo de lucro.
§ Acciones colectivas, neomovimientos sociales y el enjambre
Un tema central que configura la investigación es el referente a las acciones colectivas: ¿cuál es la diferencia entre una acción colectiva, un movimiento e incluso, una movilización? Por momentos, las diferencias parecen desdibujarse, pero una clara y sencilla conceptualización puede ser suficiente para aclarar el panorama.
Las acciones colectivas son trabajadas ampliamente por Alberto Melucci. El teórico social explora los ejercicios colectivos partiendo de la dinámica relacional de los actores sociales en un sistema de oportunidades y restricciones. La acción colectiva existe cuando los individuos actúan conjuntamente y crean acciones que irrumpen la cotidianidad organizativamente. Cuando se habla de organizativamente se refiere a términos cognoscitivos, afectivos y relacionales en el campo de las posibilidades y límites que perciben los actores23.
Si bien, la acción colectiva es una dinámica de naturaleza relacional entre actores sociales, la unidad no es una necesidad implícita para que esta se produzca. De hecho, si llegase a existir unidad, esta debe ser abordada como resultado y no como punto de partida:
Entonces los actores colectivos producen la acción colectiva, porque son capaces de definirse a sí mismos y al campo de su acción (relaciones con otros actores, disponibilidad de recursos, oportunidades, limitaciones). La definición que construye el actor no es lineal, sino que es producida por interacción y negociaciones, y algunas veces por diferentes orientaciones opuestas. Los individuos crean un “nosotros” colectivo (más o menos estable e integrado con el tipo de acción) compartiendo tres tipos de orientaciones: aquellas relacionadas con los fines de la acción; aquellas relacionadas con los medios, y finalmente aquellas referidas a las relaciones con el ambiente24.
La orientación de los fines es el sentido que tiene la acción colectiva para el actor. En el caso de las movilizaciones del año 2011 el sentido que tiene es la defensa de una educación superior de calidad para todos los estudiantes del país y el rechazo tajante a una privatización escalada con inversiones de capital privado tanto en la financiación de las universidades como en la apertura de holdings educativos25.
La orientación de los medios se refiere a las posibilidades y límites de la acción. La posibilidad del estudiantado como movimiento en su inicio es mínima. En parte, por relacionar la movilización con términos peyorativos como “mamertismo” y por ser considerada por la población como una pérdida de tiempo. Transformar esa imagen es el trabajo del estudiantado que hace parte de la movilización, lo cual es posible con una renovación tanto del discurso como de las formas de operar en la protesta y la resistencia. Los estudiantes, además, reconocen en el diálogo de lo político la alternativa ideal para establecer un punto de negociación, aun cuando este puede ser también un límite. Los límites de la acción colectiva también son rediseñados en la movilización de los estudiantes al reconocer que, si bien ganan terreno entre la comunidad y en las calles, en la esfera política, es decir, en el Congreso y el Senado, donde se discute la reforma educativa, la mayoría de la bancada apoya esta. El reconocimiento de este límite determina un papel fundamental en la organización estudiantil.
La orientación del ambiente depende del campo en que se lleva a cabo la acción. Tomando como ejemplo las movilizaciones estudiantiles, las posibilidades de aglutinación y divulgación dentro de los campus universitarios con foros, marchas internas y asambleas, y fuera de los campus con marchas y plantones, en su mayoría no son violentas. Aunado a ello, aparece un tercer componente que hace de esta movilización algo innovador: el uso de las herramientas de las tecnologías de la información y de la comunicación para abarcar un target poblacional mayor26. Por este proceder, las movilizaciones de los estudiantes en Colombia comparten similitudes con las realizadas por los estudiantes en Chile o Puerto Rico, creando una red de indignación y movilización que visibiliza la coyuntura como un problema glocal.
Estas tres categorías (fines, medios y ambiente) generan tensiones dentro de la misma acción colectiva, pues no son proporcionales y hacen logísticamente imposible cualquier sentido utópico de unidad. En razón de esto, los actores sociales renegocian los aspectos de su función a la par que se realiza la acción colectiva como un cuerpo aparentemente uniforme:
Cuando se observan fenómenos colectivos, generalmente la atención se enfoca sobre los aspectos más visibles de la acción (acontecimiento, movilizaciones, actos de violencia) sin embargo, estos aspectos visibles son manifestaciones de un proceso que opera en el nivel analítico que acabo de delinear, y que es normalmente ignorado. Los eventos pueden ocurrir, y seguir ocurriendo, porque el actor colectivo logra realizar una cierta integración entre las orientaciones señaladas27.
En términos fenomenológicos, el carácter de una acción colectiva consiste en la pluralidad de dimensiones analíticas. La presencia de varios actores colectivos que comparten espacio y tiempo arroja una variedad de posiciones frente a la coyuntura de quienes están a favor y de quienes están en contra, de lo valeroso y lo no tan digno.
Para lograr analizar la pluralidad de las acciones colectivas, se debe primero categorizar qué tipo de fenómeno colectivo se está investigando. Alberto Melucci establece tres tipos de fenómenos colectivos: 1) algunos fenómenos colectivos implican solidaridad,