La cafeína del liderazgo en un mundo "light". Félix Velasco Álvaro

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La cafeína del liderazgo en un mundo


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para que en equipo se desarrollen y perfeccionen, logrando así los objetivos establecidos. Por su parte, las organizaciones demandan de esta nueva generación de directivos, capacidad para retar los procesos clásicos, inspirar una visión compartida, levantar los ánimos y canalizar positivamente la inconformidad, así como formar y organizar a otros para la acción responsable. La competencia actual requiere que los dirigentes estén preparados y que dispongan de la capacidad suficiente de influencia en sus colaboradores para llevar adelante los cambios que se avecinan; en definitiva, se precisan líderes que dirijan eficientemente personas.

      «Las normas que gobiernan el mundo laboral están cambiando. En la actualidad, no solo se nos juzga por lo más o menos inteligente que podamos ser ni por nuestra formación y experiencia, sino también por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás».

      Daniel Goleman

      El auténtico líder debe estar dotado tanto de poder como de autoridad para ejecutar acciones y utilizar recursos. La autoridad lo faculta legalmente y le delega la capacidad de disponer, de manera limitada, de los medios y emprender acciones para alcanzar objetivos. El poder permite la facultad de disponer de estos de manera real, organizándolos en el tiempo y en el espacio de acuerdo a una estrategia, con el fin de obtener resultados positivos. La sola autoridad sin el poder no es suficiente para que exista un liderazgo efectivo; ese poder necesario para el ejercicio pleno de esta condición proviene del conocimiento y de la credibilidad. Liderar es coordinar, es un desafío de comunicación que entusiasme más que un problema de diseño dentro del organigrama.

      El liderazgo es un fenómeno de grupo que tiene lugar cuando la situación demanda que un individuo influya y coordine las actividades de ese grupo hacia la consecución de un objetivo común. Es un proceso de influencia, es decir, la capacidad de producir en los otros ciertos efectos y de conseguir que se muevan en la dirección deseada; es el desarrollo de la necesidad natural que tenemos todos de ser escuchados, contrastar opiniones y buscar consejo, tan primitiva como el hombre mismo.

      Los principales aspectos que se derivan de la anterior definición son:

       Solo hay líder si hay seguidores

       El liderazgo aparece cuando los seguidores aceptan la influencia del líder sobre ellos

       Existe un objetivo común; sin este no hay equipo y sin equipo no hay líder

      No todo el mundo «sirve» para líder, pero la formación, el ejemplo, la práctica de unos ciertos valores y la coherencia pueden formar a los líderes que son necesarios en nuestra sociedad, organización o empresa.

      Los nuevos líderes tienen que personalizar la gestión del factor humano en la empresa y, sobre todo, deben saber cubrir las necesidades de cada uno de sus subordinados, flexibilizando la actividad ante los cambios que se producen en las organizaciones.

      La visión se muda en la estructura básica que permite que nos apasionemos por proyectos superiores a nosotros mismos y hace que trabajemos con ahínco en nuestra misión cotidiana, dedicándole el tiempo, el esfuerzo y los recursos humanos y materiales necesarios. En consecuencia, lo fundamental no radica en priorizar las horas del día, sino en programar las prioridades de las actividades que realizamos. Con esto lo que conseguimos es trasladar la misión a un momento concreto y preciso de nuestra vida haciendo que sea real y verdadera.

      Los grandes líderes son siempre producto de las grandes causas, pero los líderes, en el mejor de los casos, también generan habitualmente grandes causas. Por desgracia, por carecer de una causa, los pseudolíderes suelen crear una crisis, o lo que es peor, una crisis detrás de otra para perpetuarse en el poder.

      A menos que una empresa cree una causa más amplia y más importante que el mero enriquecimiento de los accionistas, tendrá pocos grandes líderes. Es más probable que los encontremos en el campo de lo no lucrativo. Si eso es así, entonces ese sector puede cristalizarse en campo de entrenamiento para los negocios y, quizá, incluso para la política. Y esto no es broma, hay que tomarlo muy en serio, pero desde luego sin caer en la tentación absurda y ridícula del «buenismo light» que atrofia el coraje y distorsiona la visión.

      Hagas lo que hagas, necesitarás coraje. Independientemente de lo que decidas hacer, siempre habrá alguien que te diga que estás equivocado. Siempre habrá dificultades que te inclinen a pensar que sus críticas son acertadas. Trazar un rumbo y seguirlo precisa del mismo tipo de coraje que necesita un soldado. La paz tiene sus victorias, pero requiere de hombres y mujeres valientes que las ganen. El coraje es algo que en el fondo experimentarás en soledad. No es una victoria pública, sino una privada. Reunir el coraje para escuchar y perseguir tus deseos más profundos no es una actividad de grupo y no es algo que puedas acordar con nadie. El propósito de tu existencia es algo que deberás averiguar por ti mismo. Nadie en la Tierra ha vivido tus experiencias y nadie tiene exactamente los mismos pensamientos que tú.

      «El caballo conoce por la brida al que lo conduce».

      Proverbio turco

      El modo de dirigir en la organización genera actitudes constructivas o destructivas en las personas que participan en el entorno laboral; todos conocemos por experiencia propia las ventajas de un correcto liderazgo, y también nos hemos visto obligados a soportar en alguna ocasión una dirección pésima por el mal uso (en exceso o en defecto) de la autoridad, por falta de conocimiento o por falta de iniciativa, entre otras causas.

      Algunos individuos, para lograr una posición de respeto, deciden recorrer las sendas de la fuerza y el miedo. Utilizan el poder coercitivo para conseguir lo que se proponen. Este tipo de poder puede ser ejercido en cualquier entorno social, ya sea en el trabajo, en el patio de una escuela, en la familia, etc. Su eficacia a corto plazo puede ser alta, pero no es fácil mantener la situación por mucho tiempo, pues produce una sumisión tensa, provocando actitudes de resistencia activa o pasiva.

      «Solo se tiene poder sobre las personas mientras no se las oprima demasiado; porque si a una persona se le priva de lo que considera fundamental, considerará que ya nada tiene que perder y se liberará de esa sujeción a cualquier precio».

      Alexander Solzhenitsyn

      El liderazgo


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