La cafeína del liderazgo en un mundo "light". Félix Velasco Álvaro

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La cafeína del liderazgo en un mundo


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el tema del poder, que es esencial para el liderazgo. No se trata solo de ejercer poder, sino que se debe prestar atención a las necesidades y aspiraciones del líder, de los colaboradores y de la organización en su conjunto. La supervivencia de la corporación exige que el líder pueda ser sucedido por otro líder de un modo legítimo y casi automático; también debe estar claro quién manda y por qué, y ha de conocerse qué criterio de selección va a aplicarse en las decisiones. Así, pues, distinguiríamos entre:

      Autoridad

      La autoridad es la capacidad de controlar la actividad de otras personas, por el hecho de ocupar un puesto. Es decir, es algo que viene dado. La posición en el organigrama lleva asociados status, roles, responsabilidades y recursos que gestionar, todo lo cual otorga poder, dominio y fuerza.

      La autoridad puede ser considerada como el mando que ejerce una persona, legitimada por una institución dentro de su ámbito (estado, familia, empresa…), conforme a unas funciones que le son reconocidas. En este sentido, cuando una persona tiene autoridad se deduce que tiene o debería tener aptitud para mandar, imponer su punto de vista o hacerse respetar.

      Pero no olvidemos que la autoridad también la tiene aquel que, debido a su capacidad, experiencia o conocimiento en una materia, así como por su dignidad, puede ejercer sobre otros una influencia a la hora de que tomen ciertas decisiones.

      Un mal ejercicio de la autoridad podemos observarlo cuando quien ostenta el mando arrea a su grupo como si fuese una manada de reses.

      «Yo imagino que es muy grato mandar, aunque sea

      a un hato de ganado».

      Miguel de Cervantes

      Y es que algún tipo de adicción debe tener el poder cuando algunos se aficionan tanto a él.

      El jefe puede obtener obediencia imponiendo su autoridad inspirando temor o inquietud. Un jefe así dice «yo» frecuentemente; es una autoafirmación. Señala y marca la pena para la infracción que alguien comete. «Sabe» cómo se realiza el trabajo –o por lo menos eso considera él– y en ocasiones procura hacerlo penoso para su gente. Cuando llega el momento de la verdad, a todos embarca, pero él se queda en tierra. Se preocupa solo por el objetivo, alcanzarlo a toda costa, sacrificando si fuese preciso a su propia gente, a los individuos y personas que de él dependen. Pero nunca debería faltar en quien ostenta autoridad un gran amor a la libertad, con el consiguiente respeto a los ámbitos de legítima autonomía personal de cada uno.

      Liderazgo

      Liderazgo es la capacidad de influir en otras personas y en las actividades del grupo para el logro de objetivos. Por lo tanto es algo aceptado y adherido en virtud de cualidades personales como un cierto grado de atracción personal, don de gentes, prestigio, competencia, capacidad de comunicación, convicción en la exposición de sus ideas, coherencia de pensamiento y acción, habilidades adquiridas y manifestadas de forma que entusiasman... Procede de las habilidades intrínsecas de las personas, de su modo de relacionarse con los demás, de su grado de conocimiento, y también de su capacidad de manejar las técnicas básicas del management.

      Quien lo ejerce correctamente guía y obtiene obediencia voluntaria, al mismo tiempo que inspira confianza y despierta entusiasmo. Dice «nosotros». Llega algo antes de la hora señalada; la puntualidad y la correcta gestión del tiempo es una de sus virtudes. Enseña cómo hacer y señala el error o la infracción. Logra que sus hombres encuentren interesante el trabajo que realizan. Dice «vamos» en lugar de «id». Piensa en las personas y en el objetivo como realidades inseparables y prioritarias.

      La sonrisa sincera es el signo más evidente de bienestar con uno mismo, con los demás, y con la situación que se vive en ese momento. Es el idioma universal de las personas y el camino más corto para encontrarse. Es la luz del alma en la mirada que atrae seguidores.

      Un mando, un directivo... tiene siempre autoridad, pero puede o no tener liderazgo. Si tiene liderazgo, además de autoridad, podrá conseguir eficazmente resultados a través de sus colaboradores. Proponte fines y busca los medios para alcanzarlos, pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana.

      El líder ejemplar

      «Cualquier trabajador del conocimiento de una organización moderna es un ‘ejecutivo’ si, en virtud de su cargo en la empresa o de sus conocimientos, es responsable de realizar contribuciones que afecten de manera material a la capacidad de la organización para rendir y obtener mejores resultados».

      Peter Drucker

      Un líder ejemplar es aquella persona que tiene poder y que lo usa éticamente hacia los fines óptimos para el bienestar del equipo que dirige y la consecución de las metas que se ha impuesto. El líder de hoy está obligado a ser un constante agente de cambio, y una de las mejores fuentes para conseguirlo es el aprovechamiento óptimo de las capacidades de las personas que integran los equipos de trabajo que tiene a su cargo.

      Refugiarse en la seguridad de lo conocido por miedo a avanzar hacia lo desconocido equivale a mantenerse con vida pero sin llegar a vivir plenamente. Rompe las ataduras que te sujetan a la rutina, vive con pasión, prudencia y alegría. No discutas con tu conciencia, tampoco con tu corazón, asume riesgos y avanza con paso decidido hacia un futuro incierto.

      Los días no adquieren su verdadero sabor hasta que escapamos de la obligación de creer que tenemos un destino prefijado; la vida es un don demasiado precioso como para vivirla de cualquier modo. El primer deber en la vida... es vivirla intensa y libremente.

      Por condicionamiento de nuestra propia naturaleza, somos seres sociales, y como tales nos agruparnos y coordinarnos por necesidad para crear una fuerza o para el logro de objetivos, siendo indispensable que se delimiten funciones dentro de las organizaciones que conformamos, a fin de optimizar los recursos materiales y humanos y temporales.

      Las metas e ideales que nos motivan y nos mueven a actuar se generan a partir de nuestra imaginación. Pero no están formados de sustancias ficticias, sino de la sólida y real experiencia personal y social.

      Se pueden comprar:

       El tiempo de una persona

       Su presencia física en un lugar determinado

       Alguna de sus ideas

       Actividades rutinarias que pueden ser medidas

       El cumplimiento del deber

       Su actividad muscular

       Un cierto grado de su conocimiento intelectual...

      No se pueden comprar:

       El entusiasmo

       La lealtad

       La iniciativa

       La voluntad íntima y profunda

       El interés

       La honradez

       El cariño y aprecio por los compañeros, superiores o inferiores

       Su capacidad innovadora

       Que las personas vayan más allá del deber

       Su entrega generosa de corazón...

      Es la diferencia entre tener un equipo de mercenarios o tener un equipo basado en individuos que se identifican con los colores de una bandera. Con los dos se pueden ganar las batallas cotidianas, pero con el segundo hay mayor garantía de éxito.

      El liderazgo pretende que los individuos aporten lo que saben


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