Cómo entender tu género. Alex Iantaffi

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Cómo entender tu género - Alex Iantaffi


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este libro. A lo mejor te resulta útil señalar las que creas que encajan contigo (puede haber más de una) y también reflexionar sobre las palabras que otras personas puedan usar para referirse a ti y que no te gusten, o sobre cualquier otra que no te resulte familiar. También puedes ver si falta alguna de las palabras que conoces o que te gustan. Por ejemplo, nos hemos dado cuenta de que la lista no incluye palabras como «señorita», «chica», «chicazo», «marimacho» o «femme».

      Agénero, andrógina, andrógino, androginx, asexual, bigénero, cis, cis femenina, cis masculino, cisgénero, cisgénero femenina, cisgénero masculino, dos espíritus, dos* personas, género fluido, género neutro, género queer, género variable, género-cuestionante, género-disconforme, hermafrodita, hombre, hombre cis, hombre cisgénero, hombre intersexual, hombre t*, hombre trans, hombre trans*, hombre transexual, hombre transgénero, intersexual, mujer, mujer cis, mujer cisgénero, mujer intersexual, mujer t*, mujer trans, mujer trans*, mujer transexual, mujer transgénero, ninguno, no binario, otro, pangénero, persona de dos espíritus, persona intersexual, persona trans, persona trans*, persona transexual, persona transgénero, poligénero, trans, trans femenina, trans masculino, trans* femenina, trans* masculino, transexual, transexual femenina, transexual masculino, transfemenina, transgénero femenina, transgénero masculino, transmasculino.

      Recuerda que esta lista se ha elaborado en un momento y un lugar en particular, lo cual significa que faltarán muchas otras palabras y posibilidades. Volveremos sobre este punto en la sección 2.

      Figura 1.1. Opciones de género

      Ahora vamos a hacer una breve introducción al significado de algunos términos clave. Lo explicaremos todo con mayor detalle, y más cosas, a medida que avances en la lectura del libro.

      —Intersexualidad, o diversidad del desarrollo sexual (DSD por sus siglas en inglés), se refiere a las personas que nacen con características anatómicas, reproductivas, cromosómicas o sexuales que no parecen encajar con las definiciones típicas de hombre o mujer. En otras palabras, quienes estuvieron presentes en el nacimiento de estas personas —o a menudo más tarde— tuvieron dudas sobre qué sexo asignarles o determinaron que ninguna de las opciones binarias disponibles se adecuaba a su estructura biológica.

      —Trans (o transgénero) se refiere a aquellas personas que ya no se identifican con el sexo que se les asignó al nacer. Cis (o cisgénero) se refiere a las personas cuyo sexo asignado al nacer e identidad de género coinciden, están «del mismo lado», que es literalmente lo que significa el prefijo latino cis- (el prefijo trans-, que también viene del latín, significa «al otro lado»). Podríamos hablar de «mujeres trans» y «hombres trans», y de «mujeres cis» y «hombres cis», aunque en general no es educado incluir la condición de trans o cis de alguien en su definición a menos que tenga una relevancia directa para lo que estás diciendo y te cerciores de que a esa persona le parece bien. Por ejemplo, revelar la condición trans de alguien que no quiere que se divulgue es ilegal en Reino Unido y en muchos otros países. La mayoría de las personas no binarias o de género queer son trans en el sentido de que no se identifican con el sexo que se les asignó al nacer, dado que a muy pocas personas se les asigna el género no binario. Sin embargo, no todas las personas de género queer o no binarias se sienten cómodas con la etiqueta trans, de modo que siempre es mejor asegurarse y preguntarles directamente cómo se identifican.

      —Género no binario (NB) o género queer son términos paraguas para aquellas personas que se sitúan fuera de las categorías binarias hombre-mujer. Hay multitud de identidades distintas —con palabras distintas— bajo este paraguas. Por ejemplo: las personas agénero o de género neutro no tienen género; la androginia suele hacer referencia a algún punto intermedio entre la masculinidad y la feminidad o mezcla elementos de ambas; los semichicos y las semichicas se sienten chicos o chicas solo hasta cierto punto; las personas de tercer género se consideran un género distinto e independiente del masculino y el femenino; las personas bigénero y de género fluido varían entre distintos géneros con el tiempo; las personas pangénero pueden tener experiencias de género múltiples o plurales; las personas transgresoras del género intentan de forma deliberada —a menudo con carácter político— desafiar el sistema de género binario, como lo hacen también quienes prefieren el término «género queer». Hay personas NB que utilizan las palabras «butch» o «femme» para expresar que se ven de una manera particularmente masculina o femenina, aunque reconocen que esto forma parte del sistema de género binario.

      —Drag se refiere a representar de forma deliberada una versión de género que a menudo es hipermasculina o hiperfemenina; por ejemplo, lo que hacen los drag kings y las drag queens. Aunque el término drag se suele asociar con alguien que representa el papel «opuesto» al del sexo que se le asignó al nacer, en realidad cualquier persona puede ser drag, independientemente de su sexo o género.

      ¡Ya vale de definiciones por ahora! Centrémonos en la palabra «género» en sí misma…

      Ahora que hemos visto lo que está sucediendo con el lenguaje, y por qué es importante, vamos a profundizar en algunas de las palabras clave que más se usan en este libro: «sexo», «género» y «sexualidad». Son palabras que se utilizan en contextos cotidianos, por lo que tal vez creas que ya tienes una idea bastante acertada de lo que significan. Pero puede que no sea tan sencillo. Por ejemplo, cuando hablamos de género, ¿de qué estamos hablando en realidad? Aunque abordaremos los distintos componentes del género en la subsección 1.3, queremos pararnos un momento a aclarar algunas diferencias y a destacar las relaciones que hay entre «sexo», «género» y «sexualidad».

      ¿Qué es el sexo?

      El sexo nos lo asignan, al nacer, el personal médico y nuestras familias, basándose por lo general en los genitales con los que venimos al mundo. Si alguien nace con pene, se le asigna el sexo «varón»; si nace con vagina, «mujer»; y si los genitales se consideran ambiguos, se le puede asignar la etiqueta de «hermafrodita». También te pueden considerar hermafrodita más adelante, si descubren que tu estructura cromosómica no coincide con lo que habían asumido basándose en tus genitales al nacer. La razón por la que utilizamos el término «asignar» es que el sexo es algo más que la mera apariencia genital. De hecho, el sexo es un conjunto de atributos que incluye los genitales, pero no se limita a ellos. Por ejemplo, el sexo también incluye nuestra estructura cromosómica. ¡Muy poca gente sabrá si su estructura cromosómica coincide con el sexo que le asignaron al nacer! Además, el sexo incluye otros atributos, normalmente regulados por las hormonas, llamados «características secundarias», como el crecimiento o la apariencia del pecho, el vello facial y corporal, la voz, la masa muscular y la distribución de la grasa, por nombrar solo algunos.

      Cuando hablamos de sexo, tendemos a pensar en una división biológica binaria entre varón y mujer. Sin embargo, las estructuras externas e internas de nuestros cuerpos no son inherentemente masculinas o femeninas. Por ejemplo, los penes y las vaginas no son intrínsecamente masculinos o femeninos. Como hemos mencionado en el párrafo anterior, al confundir el sexo con los genitales ignoramos una gran parte de nuestra anatomía interna, es decir, nuestra estructura cromosómica. Es muy difícil saber cuál es nuestro sexo real a menos que tengamos en cuenta cada una de las posibles facetas de nuestras estructuras internas y externas. Si te parece que todo esto se está complicando demasiado, piensa en el hecho de que el sexo en sí mismo tampoco es de naturaleza binaria. Existen distintas variaciones y combinaciones de características internas y externas en plantas, animales y seres humanos. Estas variaciones incluyen plantas y animales que incluso cambian de características sexuales con el tiempo, en función de las condiciones ambientales y como respuesta a ellas. Como cantaba George Michael en los ochenta, el sexo puede ser natural, e incluso bueno, pero desde luego no es algo tan sencillo como nos pueden hacer creer esos lacitos rosas y azules.

      Del sexo al género

      Una de las mayores dificultades con la que nos encontramos es que la palabra «sexo» se utiliza de forma muy confusa, tanto en inglés como en otros idiomas. Puede referirse, en primer lugar, a la «etiqueta» que nos asignan al nacer,


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