Cómo entender tu género. Alex Iantaffi

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Cómo entender tu género - Alex Iantaffi


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y mayores, entre individuos que entre grandes grupos de población como «hombres» y «mujeres».

      —Psicológico. También hay diversidad en todos los aspectos de nuestra psicología, tales como nuestra habilidad para diferentes tareas, nuestro carácter, nuestros valores, etc. En la mayor parte de este tipo de cosas, hay muchas más similitudes que diferencias entre géneros y pocas personas encajan en los compartimentos esperados en todos los sentidos.

      —Social. Ha habido épocas y lugares donde todo el mundo se comportaba de una forma que hoy se considera «masculina» y otros sitios y otros tiempos en los que todo el mundo actuaba de manera «femenina». También se han dado ejemplos de sociedades con roles opuestos a los que imperan en la cultura angloamericana dominante, con mujeres más dominantes y agresivas y hombres más abiertos e inclinados al cuidado. Como veremos en la sección 2, en muchos periodos históricos y en muchas regiones del globo la población ha creído que existían más de dos géneros.

      Además, como hemos visto, estos tres aspectos de nuestra experiencia biopsicosocial de género interactúan y se interrelacionan de formas únicas y complejas.

      Por último, todos estos factores —por sí solos y combinados— cambian con el tiempo. Nuestros cuerpos y nuestros cerebros se desarrollan y envejecen; vivimos experiencias distintas que moldean nuestra memoria, personalidad, actitudes, etc.; y el mundo que nos rodea cambia y nos transmite diferentes mensajes sobre lo que es apropiado o no para cada género. Hablaremos mucho más sobre cómo nuestro género cambia con el tiempo —o es fluido— en la sección 3.

      Ya hemos mencionado antes que el género es multifacético. Además de ser un término que describe las expectativas de una cultura, lugar y momento específicos, también se refiere a aspectos de nuestras identidades, roles, expresiones y experiencias. Comencemos por definir algunos de estos conceptos, ya que aún estamos en la sección 1 y orientándonos en toda esta idea del género.

      Definir los distintos aspectos del género: la identidad

      Cuando se habla de género, es importante descomponerlo en sus distintos elementos, ya que cubre muchos aspectos de quiénes somos, nuestras autoexpectativas o las expectativas que tenemos sobre otras personas y lo que podemos vivir como consecuencia de esas expectativas, tanto desde el punto de vista individual como colectivo. La identidad de género suele definirse como una percepción interna de quiénes somos. Sin embargo, esta autopercepción no está desconectada del mundo que nos rodea. La idea que tenemos de nuestro propio yo está influida por muchos aspectos de nuestras vidas. Por ejemplo, está determinada por el lenguaje, la familia de origen, la cultura, el lugar, la raza, la etnia, el momento histórico, el estatus socioeconómico, la clase, las propias vivencias y la forma en que otras personas reaccionan y se comportan cuando interactuamos con ellas.

      Algunos ejemplos de palabras que describen la identidad de género son: «hombre», «mujer», «no binarie», «dos espíritus», «hombre trans», «mujer trans», «masculina», «género queer», «hombre con pasado transgénero», «mujer con pasado transgénero», «dominante», «género fluido», etc. Puede que recuerdes algunas de estas palabras de apartados anteriores de la sección 1.

      Los seres humanos empiezan a hacerse una idea de su propia identidad de género en los primeros años de la infancia: primero perciben sus diferencias respecto a quienes les proporcionan cuidados y luego, de manera progresiva, respecto al resto del mundo; diferencias físicas, de conducta y de otros tipos respecto a sus iguales y entre las personas en general. Además, a los tres o cuatro años ya podemos ser muy conscientes, en general más de lo que se piensa, de qué es seguro expresar y qué no. Hablaremos de esto más adelante, sobre todo en las secciones 2 y 3.

      La identidad de género es una percepción de quiénes somos en relación con esta idea más amplia de género en el mundo al que hemos llegado. ¿Encajamos o no encajamos con esa imagen que vemos reflejada en los ojos de quien nos mira? ¿Cómo lo hacemos? Este proceso es tan temprano que, para mucha gente, puede parecer casi inconsciente, sobre todo si alguien siempre se ha sentido a gusto con las expectativas que genera su sexo asignado al nacer. A veces esto se denomina «privilegio cis», lo cual significa que, dado que el sexo que se te ha asignado al nacer coincide con tu identidad de género (que es, con frecuencia, lo que la gente espera en la mayoría de las culturas dominantes en Reino Unido, Estados Unidos y muchos otros lugares), es posible que nunca hayas necesitado pensar mucho en ello y que todo eso te parezca «natural». Sin embargo, hay personas trans que también sienten que su identidad de género afloró de forma sencilla y clara, mientras que algunas personas cis han tenido dificultades con las expectativas de género durante su desarrollo. Sencillamente, no hay una única forma de experimentar las cosas cuando se trata de género y no se pueden hacer generalizaciones fáciles.

      Momento para la reflexión: tu identidad de género

      Tómate unos minutos para respirar y pensar en tu infancia; retrocede en tus recuerdos tanto como puedas. No te preocupes si no es demasiado, no pasa nada. ¿Recuerdas alguna de las primeras veces en que te diste cuenta de cuál era tu género? No pasa nada si no puedes. Quizá sea algo tan simple como que, en el colegio, os dividieran en grupos de niños y niñas para hacer la fila o para alguna actividad y tuvieras la sensación interior de a qué grupo pertenecías. Esa percepción interna pudo o no coincidir con lo que el resto esperaba de ti. Respira e intenta reconocer qué sensaciones, pensamientos y emociones afloran cuando te permites —si te resulta tolerable— dedicar un tiempo a esos recuerdos. Si no, déjalo y haz algo para recuperar cierto estado de bienestar, o de neutralidad, antes de retomar la lectura.

      Definir los distintos aspectos del género: la expresión

      La expresión de género es, por norma general, la forma en que exteriorizas la percepción interna de tu propio yo (tu identidad). La expresión de género se refiere a las maneras de hablar y de moverse, a la ropa y los zapatos que usamos, a cómo nos peinamos, a cómo podemos manifestar esta autopercepción a través del maquillaje o los accesorios y a cómo interactuamos con otras personas y con nuestro entorno. La forma de interactuar con el entorno empieza a discurrir hacia el territorio de los roles de género, así que volveremos sobre esto enseguida.

      Las personas que nos rodean hacen a menudo suposiciones sobre nuestra identidad de género basadas en nuestra expresión de género, aunque estas pueden coincidir o no. Tales suposiciones suelen basarse en estereotipos y, por tanto, en una gama muy limitada de expresiones de género. Hablaremos de los estereotipos de género con más detalle en la sección 2. Por ahora, queremos asegurarnos de que sepas que puede haber muchas expresiones de género, al igual que hay muchas identidades de género. Algunas de las palabras que se utilizan para describir las expresiones de género son: «androginx», «femenino», «masculina», «butch», «femme», «fluido», etc. Algunos de estos términos también pueden referirse a identidades, y aquí todo se vuelve otra vez un poco confuso. No hay forma de saber si determinada palabra indica una identidad o una expresión para alguien a menos que se le pregunte. Por ejemplo, hay personas con una sólida identidad femme, mientras que otras pueden identificarse como hombre trans, como persona de género queer o como mujer cis y considerar lo «femme» como una expresión de su género, pero no necesariamente como parte de su identidad.

      Al igual que nuestra identidad está conformada por nuestra lengua, cultura, familia de origen, raza, etnia, espiritualidad, clase, vivencias, etc., nuestras expresiones de género tampoco se dan de manera aislada. Están formadas por nuestra identidad de género y otros aspectos de nuestras identidades y experiencias y se entrecruzan con todo ello. Exploraremos esas intersecciones más a fondo en la sección 3.

      A veces la expresión de género también se conoce como «presentación». En este libro hemos favorecido el uso del término «expresión de género» porque nos parece más amplio e inclusivo que «presentación». Si quisiéramos complicar un poco más las cosas, también podríamos comentar que la presentación de género a veces puede ser más una combinación de expresión y rol de género, es decir, cómo nos presentamos, desde el punto de vista del género, al mundo en general.

      Definir


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