Pedro Casciaro. Rafael Fiol Mateos
Читать онлайн книгу.1936. En toda España fueron llevadas a muerte trescientas ochenta y cuatro personas en el mismo periodo» (J. L. GONZÁLEZ GULLÓN, DYA. La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei [1933-1939], op. cit., p. 470).
[23] Cfr. J. RUIZ, El Terror Rojo. Madrid 1936, op. cit., p. 50.
[24] Cfr. A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, op. cit., vol. I, p. 579.
[25] J. RUIZ, El Terror Rojo. Madrid 1936, op. cit., p. 45. Cfr. M. MONTERO, El bienio radical-cedista y el Frente Popular (1933-1936); en J. PAREDES (ed.), Historia contemporánea de España (siglo XX), Ariel, Barcelona 1998, p. 515.
[26] Cfr. H. THOMAS, La guerra civil española, Ruedo Ibérico, 1967, pp. 110-120. J. RUIZ, El Terror Rojo. Madrid 1936, op. cit., pp. 52-56; S. G. PAYNE, La guerra civil española, Rialp, Madrid 2014, pp. 70-74.
[27] Siglas de la coalición de partidos Confederación Española de Derechas Autónomas.
[28] Testimonio de Pedro Casciaro, 13 de junio de 1976, p. 5 (AGP, serie A.5, 203-3-3).
[29] Ibid., p. 6.
[30] P. CASCIARO, Soñad y os quedaréis cortos, pp. 81-82.
[31] J. C. MARTÍN DE LA HOZ, Mons. Pedro Casciaro Ramírez, en SetD 10 (2016), p. 108.
[32] Francisco Botella Raduán.
[33] Testimonio de Francisco Ponz, 25 de enero de 1998, p. 4. Francisco Ponz Piedrafita nació en Huesca, España, en 1919. Doctor en Ciencias, catedrático de Organografía y Fisiología animal, en las Universidades de Barcelona y Navarra. Rector (1966-1979) y vicerrector (1979-1992) de esta última. Pedro Casciaro lo conoció en el curso académico 1939-1940 y se trataron con asiduidad entre noviembre de 1941 y junio de 1942.
[34] Isidoro Zorzano Ledesma (19021943). Ingeniero industrial, miembro del Opus Dei desde 1930. Falleció con fama de santidad en 1943 y se inició su causa de canonización en 1948. El 21 de diciembre de 2016, el Papa Francisco declaró la heroicidad de sus virtudes. Cfr. J. M. PERO-SANZ, Isidoro Zorzano. Ingeniero Industrial (Buenos Aires, 1902 - Madrid, 1943), Palabra, 5 ª ed., Madrid 2009, 445 pp.
[35] J. C. MARTÍN DE LA HOZ, Mons. Pedro Casciaro Ramírez, en SetD 10 (2016), p. 109.
[36] Cfr. J. L. GONZÁLEZ GULLÓN, DYA. La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939), op. cit., pp. 490-509.
[37] Cfr. J. CERVERA, Madrid en guerra. La ciudad clandestina, 1936-1939, Alianza Editorial, Madrid 1998, p. 41.
[38] S. G. PAYNE, La guerra civil española, op. cit., p. 74.
[39] J. RUIZ, El Terror Rojo. Madrid 1936, op. cit., p. 56.
[40] Ibid.
[41] S. G. PAYNE, La guerra civil española, op. cit., p. 76.
[42] J. RUIZ, El Terror Rojo. Madrid 1936, op. cit., p. 57.
[43] J. CERVERA, Madrid en guerra. La ciudad clandestina, op. cit., p. 41.
3.
LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
CON LA VICTORIA DEL FRENTE POPULAR, había cambiado la composición del ayuntamiento de Albacete, y el padre de Pedro pasó de concejal a teniente alcalde de esa corporación, ocupando por tanto un puesto muy significado en la ciudad[1].
Pedro llegó a Albacete el 13 de julio de 1936. Los días previos estaba inquieto por los posibles enfrentamientos con su padre con motivo de los acontecimientos político-religiosos: «Cuando se lo comenté al Padre, puso las cosas en su punto; me dijo que tenía que ir con mi familia; me aconsejó que viviera, por encima de todo, la piedad filial, y me recomendó que rezara por mi padre y no discutiera con él de política»[2].
Permaneció tres días con sus padres en Albacete, donde apenas pudieron hablar, y el 16 de julio partió hacia Torrevieja, donde ya se encontraba su hermano pequeño José María. El 17 de julio tuvo lugar la sublevación militar en las islas Canarias y en las colonias españolas de África, y al día siguiente se extendió por el resto del territorio del país. Comenzaba la guerra civil española, que se prolongaría durante casi tres años.
En las primeras semanas de la contienda se desató una represión despiadada contra la Iglesia en la zona que quedó bajo las autoridades de la República[3]. Muchos obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y fieles laicos fueron asesinados por odio a la fe; numerosas iglesias y conventos fueron profanados e incendiados[4].
En Albacete triunfó el alzamiento militar. «El padre de Pedro Casciaro fue detenido junto con otros conocidos republicanos de la ciudad». Sin embargo, «el 4 de agosto Albacete fue cercada por las tropas leales a la República y, con la ayuda de la Infantería de marina y de milicianos venidos de Cartagena, fue conquistada»[5]. Enseguida se establecieron tribunales populares que comenzaron a actuar[6]. Pedro Casciaro Parodi fue liberado de la cárcel y nombrado presidente del Frente Popular en la provincia[7].
Las actuaciones contra la Iglesia de algunos milicianos y de determinados mandatarios del Frente Popular encresparon al padre de Pedro, quien procuró ayudar a los perseguidos. De hecho, en los meses siguientes «logró salvar varias vidas, especialmente de sacerdotes y religiosas». Como recuerda Pedro: «Mi padre, a pesar del cargo que ocupaba en aquella nueva coyuntura política, tan confusa y caótica, deploraba con toda el alma el dramático desarrollo que habían tomado los acontecimientos»[8].
Es más, permitió que en su casa quedara reservada la Eucaristía. Las autoridades eclesiásticas de la diócesis pensaron que era un lugar seguro para guardar el Santísimo, porque la posición del señor Casciaro ofrecía protección. En un armarito de la sala de recibir, que quedó cerrada durante ese tiempo —cerca de dos años—, se custodiaron las especies sacramentales. Pedro recuerda que, «gracias a esto, el bibliotecario del Instituto —que acababa de llegar destinado a Albacete y nadie sabía que era sacerdote—, protegido por mi padre, pudo atender a muchos enfermos administrándoles el Viático»[9]. La señora Casciaro tenía permiso para «comulgar directamente todos los días que lo deseara, y así lo hizo»[10].
Pedro Casciaro Parodi también fue nombrado presidente de la Junta de Defensa del Patrimonio Artístico. En el ejercicio de este cargo, salvó valiosas obras de arte religioso: entre otras, la imagen de la Virgen de los Llanos, Patrona de la ciudad[11].
JUGARSE LA VIDA
Al estallar el conflicto, Pedro fue llamado a filas. Se presentó en el ayuntamiento de Alicante para este fin, pero en el reconocimiento médico fue declarado