Pedro Casciaro. Rafael Fiol Mateos
Читать онлайн книгу.proporcionar una profunda formación cristiana a los estudiantes. Le confió que, aunque la abreviatura DYA significaba Derecho y Arquitectura, las dos materias que se estudiaban en la academia, para nosotros es “Dios y Audacia”» (J.F. COVERDALE, Echando raíces. José Luis Múzquiz y la expansión del Opus Dei, Rialp, Madrid 2011, pp. 16-17). Más información sobre la historia de DYA, cfr. J. L. GONZÁLEZ GULLÓN, DYA. La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939), Rialp, Madrid 2016, pp. 142-143.
[21] Cfr. A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, vol. I, 1.ª ed., Rialp, Madrid 1997, pp. 495 y ss.
[22] Ibid., p. 514.
[23] P. CASCIARO, Soñad y os quedaréis cortos, p. 25.
[24] Ibid., pp. 26-27.
[25] Ricardo Fernández Vallespín (Madrid 1910 - Madrid 1988). Arquitecto y presbítero. Fue uno de los primeros miembros —desde 1933— del Opus Dei. Recibió la ordenación sacerdotal en 1949. Comenzó la labor del Opus Dei en Argentina, en 1950. Cfr. J. L. GONZÁLEZ GULLÓN — M. GALAZZI, Ricardo Fernández Vallespín, sacerdote y arquitecto (1910-1988), en SetD 10 (2016), pp. 45-96.
[26] Leopoldo Eijo Garay (Vigo 1878 - Madrid 1963). Ordenado sacerdote en 1900. Obispo de Tuy (19141917), de Vitoria (19171922) y de Madrid (19221963). Cfr. S. MATA, Leopoldo Eijo y Garay, en J. L. ILLANES (ed.), Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer, Istituto Storico San Josemaría Escrivá, Monte Carmelo, Burgos 2013, pp. 364-365.
[27] J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, Rialp, 78.ª edición, Madrid 2004, nn. 269, 270, 533, 554 (en lo sucesivo se citará así: J. Escrivá de Balaguer, Camino).
[28] Testimonio de Pedro Casciaro, 18 de julio de 1975, p. 3 (AGP, serie A.5, 203-3-1).
[29] Cfr. ibid. Cfr. J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 876: «Niño: no pierdas tu amorosa costumbre de “asaltar” Sagrarios». Con este término, el autor invitaba a visitar a Jesús en la Eucaristía con el deseo y con la oración, por ejemplo, al encontrar en el camino el campanario de una iglesia.
[30] Cfr. testimonio de Pedro Casciaro, 18 de julio de 1975, p. 3 (AGP, serie A.5, 203-3-1). La oración de la comunión espiritual, en la formulación que empleaba Josemaría Escrivá, dice así: «Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos». Se la había enseñado un religioso escolapio, el padre Manuel Laborda de la Virgen del Carmen, para prepararle para la Primera Comunión (cfr. A. VÁZQUEZ DE PRADA, El Fundador del Opus Dei, op. cit., vol. I, p. 50).
[31] Cfr. testimonio de Pedro Casciaro, 18 de julio de 1975, p. 1 (AGP, serie A.5, 203-3-1).
[32] Los círculos de San Rafael son clases breves y prácticas de formación cristiana, en las que los jóvenes aprenden a ejercitarse en las virtudes naturales y sobrenaturales, para convertirse en hombres y mujeres de oración y vivir como discípulos de Jesucristo en la sociedad (cfr. F. CROVETTO, Los inicios de la Obra de San Rafael. Un Documento de 1935, en SetD 6 [2012], p. 309).
[33] P. CASCIARO, Soñad y os quedaréis cortos, pp. 36-37.
[34] Testimonio de Pedro Casciaro, 13 de junio de 1976, p. 4 (AGP, serie A.5, 203-3-3).
[35] Cfr. ibid., p. 5.
[36] Cfr. R. ALVIRA, Filosofía de la vida cotidiana, Rialp, Madrid 1999, p. 83.
[37] Testimonio de José María Casciaro, cit., p. 6.
[38] «Para amar a Dios y servirle, no es necesario hacer cosas raras. A todos los hombres sin excepción, Cristo les pide que sean perfectos como su Padre celestial es perfecto (Mt 5,48). Para la gran mayoría de los hombres, ser santo supone santificar el propio trabajo, santificarse en su trabajo, y santificar a los demás con el trabajo, y encontrar así a Dios en el camino de sus vidas» (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Conversaciones, n. 55).
[39] Boletín sencillo de varias hojas, impreso a velógrafo, promovido por san Josemaría, que se enviaba a los residentes y amigos de DYA, que se encontraban de vacaciones en diferentes lugares. Recogía noticias y anécdotas de unos y otros, en tono familiar. Era muy útil para mantener el contacto y sentir la cercanía y el cariño de todos.
[40] Testimonio de Pedro Casciaro, 13 de junio de 1976, p. 3 (AGP, serie A.5, 203-3-3).
[41] Ibid., pp. 3-4.
[42] Cfr. P. CASCIARO, Soñad y os quedaréis cortos, p. 43.
2.
CURSO ACADÉMICO 1935-1936
LAS CONVERSACIONES CON DON Josemaría habían ayudado a Pedro a madurar a pasos de gigante. Aquel joven sacerdote espoleaba su sentido de lealtad, con un gran respeto a su conciencia, y le descubría nuevos horizontes. Pedro nos cuenta su proceso interior:
Apenas tenía Mons. Escrivá de Balaguer treinta y tres años cuando le conocí y comencé a dirigirme espiritualmente con él. Mi carácter de joven independiente, encuadrado en el amplio margen de libertad que mi familia me había dado al educarme, no encontró en su dirección espiritual nada que me pareciera estrechez de miras, rigidez o cuadrícula mental predeterminada. Me fue dando doctrina y me fue ayudando eficazmente a llevar una vida de piedad, sin que me sintiera nunca cercenado o cohibido en mis aspiraciones humanas (...).
Fue despertando en mí la generosidad, orientándola en primer lugar hacia Dios. En mis conversaciones con él fui tomando conciencia de cuánto había yo recibido del Señor en mis primeros veinte años de vida. Realzó ante mis propios ojos la figura de mis padres —la fe de mi madre, la laboriosidad y honradez de mi padre— y me movió a apreciar y a agradecerles los sacrificios que estaban haciendo para que yo pudiera estudiar una carrera que, en aquellos tiempos, resultaba excepcionalmente costosa. «Todo eso —decía— es providencia de Dios, de un Dios Padre que nos ama más que todas las madres de la tierra». Mi correspondencia debía ser la gratitud, la generosidad y la alegría de corresponder. Me fue hablando de santidad en medio del mundo, sin hacer cosas raras, a través de mis estudios, y el día de mañana, de mi trabajo profesional bien hecho (...), aclarando siempre que la santidad no era exclusiva de unos pocos, ni tenía que reducirse a determinados estados de vida[1].
LA LLAMADA DE DIOS
Pasó el verano y Pedro regresó a Madrid, lleno de ilusión. Deseaba iniciar la carrera de Arquitectura, volver al grato ambiente de Ferraz, rebosante de autenticidad y de alegría, retomar los círculos y, sobre todo, la dirección