Principios del entrenamiento de la fuerza y del acondicionamiento físico NSCA (Color). G. Gregory Haff
Читать онлайн книгу.malestar por un entrenamiento prolongado redundan en reducción del rendimiento, aumento del cansancio, disminución del vigor y trastornos hormonales. Cuando esto ocurre, resulta difícil diferenciar una ENF y lo que se ha denominado síndrome de sobreentrenamiento (SSE). Básicamente, la definición del SSE es una «inadaptación prolongada» no solo del atleta sino también de varios mecanismos de regulación biológicos, neuroquímicos y hormonales. Se han sugerido muchos términos alternativos para el SSE, como estar quemado, sobreentrenamiento crónico, agotamiento, síndrome de infrarrendimiento inexplicable y cansancio excesivo (21, 23). La figura 5.6 muestra la progresión que se produce en el continuo del sobreentrenamiento.
El síndrome de sobreentrenamiento puede durar hasta seis meses o más; y en el peor de los casos, el SSE puede arruinar la carrera de un deportista. Se han propuesto dos tipos de SSE: simpático y parasimpático. El síndrome de sobreentrenamiento simpático comprende un aumento de la actividad simpática en reposo, mientras que el síndrome de sobreentrenamiento parasimpático implica un aumento de la actividad parasimpática en reposo y durante el ejercicio (140). Se cree que el síndrome simpático se desarrolla antes que el síndrome parasimpático y predomina en atletas más jóvenes que entrenan la velocidad y la potencia (58). Al final, todos los estados de sobreentrenamiento culminan en el síndrome parasimpático y en la supresión crónica de la mayoría de los sistemas fisiológicos del cuerpo (140). Como es posible que haya rebotes, resulta difícil determinar exactamente cuándo el sobreentrenamiento se vuelve crónico. Además, algunos atletas responden positivamente a las estrategias de extralimitación (163), mientras que en otros la extralimitación puede ser el catalizador del SSE.
Un rasgo predominante del SSE es la incapacidad para mantener un ejercicio de alta intensidad cuando la carga de entrenamiento se mantiene o aumenta (141). En muchos casos, el SSE es una consecuencia de una ENF prolongada, lo cual en sí mismo puede ser producto de errores en la prescripción de la carga de entrenamiento y de una administración errónea de las variables agudas del entrenamiento (p. ej., intensidad, volumen, descanso). Un error habitual en los atletas sobreentrenados es una tasa demasiado alta de sobrecarga progresiva. Es decir, aumentar el volumen o la intensidad (o ambos) demasiado rápido durante un período de varias semanas o meses con recuperación insuficiente puede causar mayores daños estructurales a lo largo del tiempo y, potencialmente, sobreentrenamiento. En la tabla 5.3 aparece una revisión teórica del sobreentrenamiento anaeróbico.
Con el propósito de estudiar el sobreentrenamiento, provocar deliberadamente el SSE en un laboratorio no es fácil. Y lo que es más, mientras que los síntomas del SSE por lo general se consideran más graves que los de una ENF, no hay evidencias científicas que confirmen o refuten esta sugerencia (140), lo cual dificulta el confirmar que haya habido SSE. En su lugar, la monitorización longitudinal de los atletas ha sido la forma más práctica de documentar las respuestas fisiológicas y los efectos del sobreentrenamiento sobre el rendimiento. La mayoría de estos estudios se han realizado con deportes de fondo, donde quizá sea más predominante. Sin embargo, una encuesta a atletas sobreentrenados demostró que el 77% de ellos también practicaban deportes que exigían niveles altos de fuerza, velocidad o coordinación (58). Los síntomas de sobreentrenamiento en actividades anaeróbicas (simpáticos) también fueron distintos de los de las actividades aeróbicas de fondo (parasimpáticos) (23, 58).
El sobreentrenamiento de carácter simpático es un poco más difícil de caracterizar que el sobreentrenamiento parasimpático. Se puede especular con que el aumento de la actividad neuronal como consecuencia de una excesiva activación de las unidades motoras tal vez conlleve este tipo de sobreentrenamiento; sin embargo, hay muchos otros factores que, potencialmente, podrían intervenir. Tras adoptar un modelo de ENF a corto plazo (ocho series de sentadillas en máquina con una carga del 95% de 1RM durante seis días consecutivos), Fry (59) examinó las respuestas a una intensidad específica y registró disminuciones inespecíficas en la producción de torque isocinético, peores marcas en esprines y tiempos más largos en las pruebas de agilidad. Sin embargo, también registró que se conservaba la fuerza de 1RM. En un estudio subsiguiente también a cargo de Fry (62), los sujetos practicaron diez series de 1RM durante siete días con un día de descanso. Esto supuso una disminución significativa (>4,5 kg) de 1RM en el 73% de los atletas. Resulta interesante que algunos sujetos mostraran mejoras y no llegaran a un estado de ENF. Esto demuestra que el curso temporal del inicio de los síntomas de extralimitación o sobreentrenamiento depende en gran medida de las respuestas individuales, del estado de entrenamiento y del legado genético.
FIGURA 5.6 El continuo del sobreentrenamiento.
TABLA 5.3 Desarrollo teórico del sobreentrenamiento anaeróbico
Fuente: Reproducido, con permiso, de Fry et al., 1993 (62); Meeusen et al., 2013 (140).
Errores que pueden derivar en sobreentrenamiento anaeróbico
El estado de sobreentrenamiento se asocia con daños o con alteraciones fisiológicas negativas del sistema neuromuscular. Al igual que con cualquier otra forma de entrenamiento, la estructura de un programa anaeróbico de entrenamiento dicta en último término la naturaleza de las adaptaciones físicas y fisiológicas que se producen como respuesta al estímulo del entrenamiento. Un error en la prescripción de cualquier variable aguda del programa podría, teóricamente, contribuir a una ENF si se repite de forma constante en el curso del tiempo. Esto ocurre a menudo cuando atletas muy motivados emplean un volumen elevado de grandes cargas en el entrenamiento, con una elevada frecuencia y un descanso limitado para recuperarse entre sesiones de ejercicio. El volumen de entrenamiento ha demostrado ser importante para aumentar las mejoras continuas del rendimiento. Por el contrario, un volumen excesivamente alto de ejercicio puede generar un estímulo que supere la capacidad del atleta para recuperarse del esfuerzo y tal vez cause un exceso de dolores musculares y fatiga residual. Por tanto, la periodización del entrenamiento consiste en una cuidadosa planificación que evite el sobreentrenamiento.
Marcadores hormonales del sobreentrenamiento anaeróbico
La monitorización habitual de los valores del rendimiento es básica para cualquier intento de evitar el inicio de una EFN o un SSE, aunque algunos investigadores han recurrido a marcadores biológicos para intentar caracterizar el sobreentrenamiento anaeróbico. De hecho, desde hace mucho se esgrime la hipótesis de que factores endocrinos median en la disfunción central durante la patogénesis del SSE (140).
Hace mucho que la relación de la concentración plasmática de testosterona y cortisol en reposo se considera un indicador del estado de sobreentrenamiento. Esta relación disminuye en relación con la intensidad y duración del ejercicio; sin embargo, ahora es evidente que solo revela el esfuerzo fisiológico continuo del entrenamiento y no se puede emplear con propósitos diagnósticos (43). Se ha registrado una elevación limitada de las hormonas hipofisarias (hormona adrenocorticotropa [ACTH], hormona del crecimiento, hormona luteinizante, hormona folicular [FSH]) como respuesta a un estímulo estresante (194). Sin embargo, a pesar de esta respuesta hormonal aguda aparentemente uniforme, no es sencilla la explicación de la alteración del sistema neuroendocrino causada por el SSE. El que la circulación periférica de las hormonas metabólicas se pueda usar como un marcador preciso del SSE sigue siendo un tema de continuo debate. En el esfuerzo por predecir las respuestas al sobreentrenamiento de la EF, se ha observado la disminución de las concentraciones en reposo de testosterona y del IGF-I (159); pero, como respuesta al ejercicio resistido, se registran respuestas puntuales aumentadas de los niveles de testosterona en personas entrenadas con exposición previa a extralimitación (61). El sobreentrenamiento asociado con el volumen del ejercicio ha demostrado aumentar los niveles de cortisol y reducir las concentraciones en reposo de la hormona luteinizante y las concentraciones de testosterona total