Actividades físicas y deportes adaptados para personas con discapacidad. David Sanz Rivas
Читать онлайн книгу.y antibióticos cambian las perspectivas de estos pacientes, de forma que los sujetos con lesiones medulares ocasionadas en la Segunda Guerra Mundial tienen un mejor pronóstico y mayores expectativas de vida. En este período, Munro en EEUU y Riddoch en Gran Bretaña, comienzan a establecer una normativa para el cuidado de estos pacientes. Pero es con la creación, por Sir Ludwig Guttmann, del centro especializado en Stoke-Mandeville, cuando la rehabilitación de estos pacientes comienza a especializarse, extendiéndose posteriormente a otros países. Y en ese contexto surge la idea de potenciar la práctica de actividad física y deportiva como una ayuda más en el proceso de rehabilitación.
Ante este panorama fue significativa la creación en 1944 del Centro de Lesionados Medulares del Hospital de Stoke Mandeville, en Aylesbury (Inglaterra). Decimos que fue significativo este hecho porque en ese entorno surge la figura de Sir Ludwing Guttmann, como padre del deporte adaptado, quien, como director de dicho centro, introdujo deportes competitivos como una parte integral en la rehabilitación de los veteranos de guerra con discapacidades. Los deportes incluidos en esos orígenes eran ejercicios de golpeo (punchball), escalada de cuerda y polo en silla de ruedas (Guttmann, 1976). Poco después, bajo la tutela de Guttmann, se celebraron los primeros Juegos de Stoke Mandeville para Parapléjicos en 1948, en los que 23 hombres y 3 mujeres compitieron en tiro con arco en silla de ruedas. Más tarde, en 1952, Guttmann organizó la primera competición internacional para deportistas en silla de ruedas, en la que deportistas ingleses y holandeses compitieron en un total de 6 deportes en silla de ruedas (tiro con arco, lawn bowling, tenis de mesa, tiro, lanzamiento de jabalina y lanzamiento de club).
Por otra parte, en otro continente, Lipton creo la Fundación norteamericana para los deportes en silla de ruedas y fijó sus objetivos en (Mendoza, 2001): a) alentar a las personas impedidas a participar en actividades deportivas y estimular el deporte competitivo; b) fomentar y promover el entendimiento y las buenas relaciones entre Estados Unidos y otros países por el deporte en silla de ruedas, y c) solicitar y reunir fondos para estos fines.
Así pues, las guerras mundiales de la primera mitad de siglo XX ejercieron una influencia significativa desde el punto de vista de la sociedad y la rehabilitación de personas con discapacidad, pasando a ocupar un papel relevante en ese momento histórico (Huber, 1984). Antes de las citadas guerras, las personas con discapacidad vivían al margen de la sociedad, siendo consideradas en ocasiones un “peso” para ella. En todo el mundo, muchos veteranos de guerra regresaron a sus hogares con múltiples deficiencias físicas y necesidades psicológicas que no podían ser abordadas con técnicas tradicionales, de manera que los programas de rehabilitación fueron desarrollados para asistir a esas personas y permitir su reintegración en la sociedad.
Vemos como, con algunas excepciones, las personas con discapacidad han tenido limitadas oportunidades para la organización de competiciones deportivas hasta mediados del siglo XX (ver DePauw y Gavron, 2005; págs. 277-287). Aunque posteriormente veremos que los sordos participan al margen del International Paralympic Committee (IPC), éste fue el primer grupo que accedió al deporte de forma altamente organizada. En 1924 se fundó el Comité International des Sports des Sourds (CISS) con motivo de la celebración de los primeros Juegos Mundiales para Sordos celebrados en París. De esta manera, el CISS se convirtió en la primera organización internacional para organizar la participación deportiva de personas con un tipo de discapacidad determinado.
Volviendo a la figura de Guttmann, el deseo de éste era que, a finales de julio, conmemorando la creación del Centro de Stoke Mandeville, se celebraran unos juegos cada cuatro años en la misma ciudad donde se celebraran los Juegos Olímpicos. De esta manera, los Juegos Paralímpicos (término por el que los identificamos en la actualidad y que fue reconocido por el Comité Olímpico Internacional [COI] en 1984) empezaron a celebrarse en Roma en 1960, limitándose la participación a deportistas con lesión medular y pospoliomielitis (Labanowich, 1989), es decir, que tuvieran afectadas las extremidades inferiores y, por lo tanto, la función locomotora. Ante esta tesitura, el denominador común de estos primeros juegos era que todos sus participantes iban en silla de ruedas, por lo que el término para referirse a tales juegos en ese momento era el de Juegos para Parapléjicos (Paraplegic Sports), ya que definía mejor el colectivo participante. Dicha terminología servía además para restringir la participación a aquellos que, a pesar de tener problemas locomotores, éstos no eran de origen medular, por lo que podrían tener alguna ventaja funcional indeterminada, como es el caso de los amputados de las extremidades inferiores (Labanowich, 1989).
El propio Sir Ludwig Guttmann definía el deporte como una fuerza impulsora para que las personas con discapacidad busquen o restablezcan el contacto con el mundo que les rodea y, por consiguiente, el reconocimiento como ciudadanos iguales y respetados, manifestando que: “en términos generales, los objetivos del deporte incluyen los mismos principios para los minusválidos que para los no minusválidos. Además, el deporte posee un enorme valor terapéutico y desempeña un papel fundamental en la rehabilitación física, psicológica y social de los minusválidos”.
La participación en tales eventos estaba regulada al amparo de un único ente organizativo, que hace referencia a esta génesis inicial del deporte adaptado. Nos referimos a la International Stoke Mandeville Wheelchair Sport Federation (ISMWSF). Pero el deseo de participación en este incipiente movimiento por parte de otros colectivos cuya discapacidad no era de origen medular o que afectara esas funciones locomotoras, amén de los comentados Juegos Mundiales para sordos, dio lugar a la génesis de otro movimiento independiente en 1964: ISOD (International Sports Organization for the Disabled). Dicha nueva organización pretendía proporcionar oportunidades de práctica deportiva a nivel internacional para los ciegos, amputados y personas con otras discapacidades locomotoras como parálisis cerebral (Lindstrom, 1984). Sin embargo, la evolución del Movimiento Paralímpico dio lugar a la creación de organizaciones independientes como CP-ISRA (Cerebral Palsy-International Sports and Recreation Association) para el colectivo de paralíticos cerebrales en 1978, aunque previamente, en 1968, se había creado la Cerebral Palsy Society para patrocinar los primeros juegos para paralíticos cerebrales en Francia debido a la insatisfacción de este colectivo con las competiciones existentes en ese momento. El otro gran ente surgido fue IBSA (Internacional Blind Sports Association), en 1981, para ciegos y deportistas con deficiencias visuales, el cual pretendía dar respuesta al creciente interés de dicho colectivo, ampliando sus oportunidades de participación.
La coexistencia de estas cuatro grandes organizaciones (ISMWSF, ISOD, CPISRA e IBSA) derivó en la constitución, en 1982, de una organización que aglutinara a todas ellas: el International Coordinating Committee (ICC), dentro de la International Organization of Sports for the Disabled (IOSD)7. El ICC se formó para coordinar el deporte adaptado y negociar con el COI en nombre de tales colectivos. Más tarde, en 1986, pasaron a formar parte del ICC el ente que organizaba el deporte para los sordos (CISS) y una nueva organización para los deportistas con discapacidades intelectuales (INAS-FMH en su origen e INAS-FID en la actualidad [International Sports Federation for Persons with Intellectual Disability]). Sin embargo, éste no era un organismo democrático, puesto que la presidencia cambiaba cada 6 meses en cada comisión ejecutiva, y las decisiones eran tomadas de forma unánime (Stead-ward, 1996). Dentro del ICC, el International Fund for Sport for the Disabled (IFSD), que actuaba como Secretariado del ICC, y las naciones miembros del mismo determinaron la necesidad de crear una estructura democrática, con representación nacional y regional, y con representación para las organizaciones internacionales de deportes para personas con discapacidad y los propios deportistas.
La andadura del ICC fue corta, ya que, en 1987, en Arhem (Holanda), se celebró un seminario en el que 39 países de las 6 federaciones indicadas decidieron que debía crearse una nueva organización internacional para representar a los deportistas con discapacidad en todo el mundo. En dicha organización debería estar representado cualquier país que tuviera un programa de deporte adaptado, y debía organizarse por sí misma a través de los respectivos comités nacionales. Además, esta nueva estructura tenía la responsabilidad de desarrollar actividades no sólo a nivel de deporte de elite o internacional, sino también de desarrollar actividades de tipo recreativo. Fue entonces cuando, el 21 y 22 de septiembre de 1989 en Dusseldorf (Alemania), se creó el Internacional Paralympic