Contratos de comercio internacional. Aníbal Sierralta

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Contratos de comercio internacional - Aníbal Sierralta


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lo fue; en este último caso, debemos presumir que dicho país ha tenido que recurrir a sus reservas internacionales. Esta circunstancia puede determinar, en el corto plazo, una prohibición de importaciones, alza de aranceles o restricciones legales a la importación; lo que perjudica, obviamente, la ejecución del contrato. Lo que está en juego es el uso y la disponibilidad de las divisas. Cuando una empresa peruana compra dólares para pagar sus importaciones, se reduce la liquidez no oficial de la economía peruana y se incrementa en la misma proporción la del país proveedor. Hay una corriente neta de un país a otro. Pero este resultado bilateral no es el más importante, pues un país comercializa con otros mercados; luego, lo vital en el estudio son las ganancias o pérdidas netas globales.

      A su vez, el exportador tiene que apreciar cuál es el comportamiento del país al que está vendiendo en esta misma situación, sobre todo si el país comprador tiene pérdidas continuas de divisas. Como se ha mencionado, dicho país puede prohibir las importaciones, en uso de una facultad permitida por la Organización Mundial del Comercio (OMC) cuando hay un desequilibrio profundo en su balanza de pagos; pero también puede devaluar su moneda, determinando que las mercancías que se importan sean más caras para el propio país. También puede subir aranceles o establecer barreras legales.

      Una balanza de pagos está integrada por varios componentes o registros que varían según la economía y actividad internacional que tenga un país; pero su estructura básica, admitida generalmente por todas las instituciones financieras (ver gráfico 1), tiene dos epígrafes: balanza de operaciones corrientes y balanza de capitales.

      2.3.1. Balanza de operaciones corrientes

      El Manual de balanza de pagos del Fondo Monetario Internacional (FMI) también la denomina «cuenta corriente». Aquí se registran en cifras brutas los créditos y débitos de bienes, servicios, renta y trasferencias unilaterales. Esta balanza contiene tres posiciones: balanza comercial, balanza de servicios y balanza de trasferencias unilaterales.

       Balanza comercial: es denominada igualmente «balanza de mercancías» y comprende las operaciones de exportaciones e importaciones de bienes. Representa el valor de los bienes y servicios conexos de distribución en la frontera, es decir, a valores FOB.

       Balanza de servicios: registra los embarques, fletes, seguros y otros servicios de distribución de las mercancías, a su valor FOB. Debe considerarse, para efectos aclaratorios, que el embarque de mercancías fuera del país exportador se considerará como servicio prestado al residente del país que compra o importa.Aquí se anotan, también, los servicios de «otros transportes» de pasajeros, por ejemplo, el exceso de equipaje de la esposa de un abogado recién casado. Igualmente, los bienes y servicios adquiridos por los medios de transporte y consumidos en su itinerario. El rubro «viajes» es otro componente que se refiere a los bienes y servicios que los viajeros no residentes adquieren en el país, como es el caso de los pagos de hotel y la degustación de la comida latinoamericana que hacen los turistas al llegar. Evidentemente, no se incluirá en este rubro el valor de los pasajes, pues ello aparecerá en lo indicado en el párrafo anterior. Igualmente, la suscripción a una revista de Derecho o de Economía que recibe de manera directa un abogado o profesor de Economía, aunque es un bien, debe anotarse en esta partida.

       Balanza de transferencias unilaterales: registra los traspasos de propiedad de recursos privados u oficiales, sean voluntarios u obligatorios. Por ejemplo, las remesas que hacen los latinoamericanos que están trabajando en el exterior. Se llaman precisamente «unilaterales» porque no indican que los países latinoamericanos, individualmente y en cada caso, deban efectuar a cambio la entrega de los recursos reales o financieros.

      2.3.2. Balanza de capitales

      Comprende todas las operaciones de activos y pasivos financieros que sobre el exterior efectúa el país, junto a ciertas variaciones que pueden afectar sus activos y pasivos en el extranjero.

      Todo país tiene activos y pasivos en el exterior. Los primeros son oro, derechos especiales de giro (DEG) y títulos de crédito. Los pasivos son su deuda externa.

      La parte de activos abarca, igualmente, todas las operaciones de capital entre empresas. La diferenciación entre activos y pasivos posiblemente sea casi siempre de interés, pues puede ocurrir que se desee agrupar ciertos pasivos con los activos. Esta balanza está subdividida en capitales y reservas.

       Capitales privados y públicos: se considera la inversión directa, la inversión de cartera y otros capitales. La primera abarca todos los negocios de capital entre empresas; la de cartera comprende inversiones en bonos y acciones; y, finalmente, «otros capitales» es una categoría residual que abarca los activos financieros no enumerados.

       También se registran los bonos del sector público —los bonos de reconstrucción, por ejemplo—, los pasivos que constituyen reservas de autoridades extranjeras, giros contra préstamos concedidos y reembolso de estos.

       Reservas: son los activos —créditos del FMI u otras entidades financieras internacionales— que están disponibles para ser utilizados por el gobierno. Asimismo, las reservas en oro, los DEG, las divisas —tenencias y variaciones por revalorización—. Igualmente, la posición de las reservas en otros organismos internacionales.

      El comercio internacional, y particularmente las exportaciones de una nación, están determinados por su habilidad para suministrar un excedente por encima de los requerimientos de la demanda doméstica; pero, además, por la correcta utilización de las ventajas que proporciona la naturaleza, la mano de obra, la estructura organizativa y la especialización. Ello se desenvuelve dentro de un mundo interdependiente en el que cada vez el back to back se está convirtiendo en un requisito para comerciar; por lo que es menester conocer el medioambiente interno, así como la balanza de pagos de los mercados en los que se está operando, con el fin de apreciar la demanda de bienes y servicios, pero sobre todo la capacidad de pago determinada por la disposición de divisas reflejada en dicho documento.

      Para actuar eficientemente en el comercio internacional, se requiere el conocimiento de las tres categorías básicas ya explicadas. Entenderlas significa percibir la real dimensión del moderno comercio mundial.

      3. Importancia del comercio exterior en las economías latinoamericanas

      Los beneficios del comercio exterior para un país son tan grandes que, con razón, se sostiene que es una parte vital de su desarrollo económico.

      Un creciente despegue de las exportaciones origina una similar actitud en la industria. La penetración en los mercados externos consolidará una fuerte industria nacional. Es la estrategia orientada hacia fuera consistente con las ventajas comparativas internacionales la que fortifica la industria y la que explica las exportaciones. Pero ha de enfrentarse con frecuencia al proteccionismo aún vigente de los países desarrollados, sobre todo en el sector agrícola; en tanto que en el campo de las manufacturas, los países latinoamericanos tienen que superar las barreras arancelarias, el régimen de cuotas y las barreras técnicas que crecen por doquier. De igual manera, su mercado interno se ve afectado por las políticas de dumping que siguen las grandes corporaciones internacionales y por los subsidios que los Estados desarrollados facilitan a dichas empresas.

      Las predicciones en la aplicación de la teoría de la ventaja comparativa, basadas en el modelo de precios de los factores del comercio internacional, no han sido del todo exactas. Los mercados de capital y de trabajo son imperfectos y no siempre cuando los salarios son bajos —como los actuales de la clase trabajadora de América Latina— se tienen menores costes de trabajo, ya que casi siempre se requiere información comercial y de equipos negociadores y asesores legales que son escasos, así como recursos financieros que inciden en el costo total del producto de exportación.

      No se puede negar que el esquema de sustitución de importaciones es el que proporcionó a los países latinoamericanos la base inicial para su industrialización, la dotó de una tecnología básica y preparó sus cuadros organizativos y profesionales para enfrentarse a otros desafíos.

      Sin embargo, se ha querido constreñir


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