Actividades físicas y deportes adaptados para personas con discapacidad. David Sanz Rivas

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Actividades físicas y deportes adaptados para personas con discapacidad - David Sanz Rivas


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Pedagogía, la Psicología, la Gestión, la Fisioterapia, la Psicomotricidad, la Medicina, la Arquitectura, la Sociología, la Recreación, la Historia o las Ciencias de la Actividad Física o del Movimiento (Doll Tepper y DePauw, 1996) (figura 1.2).

Órgano/sistemaEfectos del envejecimientoEfectos de la actividad física
CardiovascularDescenso del consumo máximo de O2, FC máxima y volumen de eyecciónIncremento del consumo máximo de O2, mantenimiento de la FC y VE, incrementando la capacidad volitiva
RespiratorioDescenso de la CV y del FEV*Incrementa la sensibilidad a la respuesta ventilatoria, mejorando los parámetros pulmonares funcionales
NeurológicoDesciende el número de axones, la velocidad de transmisión nerviosa y la propiocepciónMantenimiento de los tiempos de respuesta, mejorando el equilibrio (menor riesgo de caídas)
Tejido conectivoDisminuye la flexibilidadAumenta la producción de colágeno y la flexibilidad
MuscularDisminuye la fuerza y contractilidadIncremento de la masa muscular y de la fuerza
EsqueléticoDisminuyen los niveles de calcioIncremento de los niveles de calcio y densidad ósea
CartilaginosoAtrofiaMejora del espesor del cartílago y protección de las articulaciones
EndocrinoDeficiente captación de glucosaDisminuye la resistencia a la insulina

      Figura 1.1. Efectos del envejecimiento y de la actividad física sobre los principales órganos (traducido y adaptado de Kirkendall y Garrett, 1998).

      * Volumen espiratorio forzado en 1 segundo.

      Pero la falta de un consenso claro en torno a este término, “Actividad Física Adaptada”, sigue vigente en la actualidad, y otras definiciones aportadas al respecto han ido apareciendo en los últimos años a medida que se han ido diversificando las posibilidades o colectivos de trabajo.

      Para la propia Sherrill, AFA es “una teoría y práctica multidisciplinarias relacionadas con las actividades a lo largo de la vida de aquellas personas cuya estructura funcional o apariencia única requieren un conocimiento experto para: a) adaptar y adecuar ecosistemas, y b) facilitar los cambios necesarios para un acceso igualitario, integración e inclusión, bienestar a lo largo de la vida y posibilidades de éxito a través del movimiento y empowerment2” (Sherrill, 1994; en Pérez, 2003, pág. 232).

      Según las conclusiones del Congreso Mundial de Actividad Física Adaptada de Quebec en 1998: la “Actividad Física Adaptada se define como un cuerpo de conocimiento multidisciplinario dirigido a la identificación y solución de las diferencias individuales en la actividad física. Es una profesión de prestación de servicios y un cuerpo académico de estudio que apoya una actitud de aceptación de las diferencias individuales, aboga por mejorar el acceso a estilos de vida y al deporte, y potencia la innovación y la cooperación en la prestación de servicios y la adaptación de las normativas. La Actividad Física Adaptada incluye, además de otros aspectos, la Educación Física, el deporte, la recreación, la danza y las artes creativas, la nutrición, la medicina y la rehabilitación” (Sherrill; en Drouin, 1998).

      Figura 1.2. Áreas de estudio en torno a la actividad física adaptada (adaptado y traducido de Doll-Tepper y DePauw, 1996, pág. 2).

      Otra definición, a destacar por su simplicidad, es la que realiza Doll-Tepper (2001), quien consideraba la AFA como “todo movimiento, actividad física y deporte en los que se pone especial énfasis en los intereses y capacidades de las personas con condiciones limitantes o problemas de salud o de las personas mayores”.

      Finalmente, queremos apuntar la definición dada por la Federación Internacional de Actividad Física Adaptada (IFAPA), que define AFA como “un cuerpo de conocimientos interdisciplinario dedicado a la identificación y solución de las diferencias individuales en actividad física. Es una profesión de servicios y un campo académico de estudio que se basa en una actitud de aceptación de las diferencias individuales y en la defensa del acceso a un estilo de vida activo y al deporte, y promociona la innovación y cooperación para ofertar programas y sistemas de empowerment. AFA incluye, pero no está limitada a, la Educación Física, el deporte, la recreación, la danza y artes creativas, la nutrición, la medicina y la rehabilitación (IFAPA, 2004; en Hutzler y Sherrill, 2007).

      Como podemos observar, AFA es un concepto aglutinador, amplio y generalista, de tal forma que de él se derivan otros términos como los de “juego adaptado”, “deporte adaptado” o “Educación Física Adaptada”, entre otros. Por lo tanto, consideramos que la AFA recoge todos los ámbitos de la actividad física que no recoge la AF “formal”, y no hace referencia tan sólo, como tradicionalmente se ha entendido, a las personas con discapacidad, sino también a otros grupos con connotaciones determinadas tales como el de tercera edad, drogodependencias, reclusos, poblaciones marginales, etc.

      Además, vemos que esta última definición incluye muchos de los aspectos que deben ser recogidos por cualquier definición, y que Hutzler y Sherrill (2007) concretan en: a) especificar las dimensiones y propósitos de una profesión; b) delimitar los límites del conocimiento base de una profesión y sus prácticas; c) clarificar la naturaleza de los servicios proporcionados, y d) indicar las poblaciones a las que van destinados tales servicios. Este último aspecto es del que, en nuestra opinión, adolece esta definición, que sí recogen otras de las apuntadas anteriomente. Sin embargo, los propios Hutzler y Sherrill (2007) nos indican una aplicación de las prácticas a realizar en AFA, en relación con los componentes recogidos en la International Classification of Functioning, Disability and Health (ICF) (OMS, 2001) (figura 1.3).

      Existe actualmente una discusión en la literatura especializada sobre si este campo de estudio es un área de conocimiento (o disciplina) o una profesión, ambos términos incluidos en la definición apuntada anteriormente. Esta controversia resulta de interés para nuestro objeto de estudio. De hecho, son varios los profesionales que pueden ser prestadores de servicios, de ahí que la investigación o formación que podamos hacer en este campo de estudio pueda realizarse desde varias perspectivas o disciplinas (ver figura 1.2).

      Figura 1.3. Ejemplo específico de prácticas en AFA respecto a las categorías de la ICF durante la planificación de la AFA (adaptado y traducido de Hutzler y Sherrill, 2007, pág. 12).

      Cabe indicar aquí que términos como discapacidad (el cual abordaremos en el siguiente epígrafe) son categorías establecidas desde una perspectiva social (Shogan, 1998). El crear categorías, respecto a una norma, no hace más que identificar subpoblaciones en función de una serie de parámetros comunes que, en el caso de la ICF, aglutina la presencia de una alteración en una estructura o función corporal, la limitación a la hora de hacer una actividad o la restricción en la participación en una actividad o área de la vida cotidiana. Cualquier definición o conceptualización de las AFA debería tener en consideración los componentes de la ICF y determinar de forma consensuada los cambios propuestos en los servicios y apoyos (p. ej., compañero asistente en clases con grupos numerosos), equipamiento empleado (p. ej., balón con mayor diámetro para facilitar el bote), variables del entorno (p. ej., reducir el tamaño de la pista de bádminton), estructura de las tareas (p. ej., impulsión de una silla de ruedas en lugar de correr), las reglas (p. ej., doble bote en tenis en silla de ruedas) y las instrucciones (p. ej., ayudas táctiles como complemento a las indicaciones verbales) (Hutzler y Sherrill, 2007). Estos ejemplos no hacen más que identificar áreas de investigación que permitan ayudar a comprender y optimizar los programas de intervención en AFA, independientemente del ámbito de su aplicación.

      Cuando nos referimos a si la AFA es una disciplina o campo de estudio, aludimos a que recoge el conocimiento base que subyace y dirige la prestación de servicios y proporción de actividades a personas con limitaciones personales y/o sociales (Hutzler y Sherrill, 2007, pág. 15). En este sentido, Reid y Stanish (2003) añaden que, además de la búsqueda de conocimiento como principal motivación,


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